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Necesidades universales: Parte de nuestra humanidad común

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¿Hay otras formas de entender nuestro desarrollo personal o social a parte del económico? ¿Y cómo se ve afectado en tiempos de crisis este desarrollo? ¿Habrán otras necesidades a las que prestar atención?

Hace un tiempo, antes del periodo de cuarentena, recuerdo estar en el metro cuando me tocó observar la siguiente situación: Estaba la madre con su hijo de apróximadamente 5 años. El niño se veía inquieto, se movía y caminaba por el pasillo del andén, daba vueltas en el fierro y luego empezó a jugar con los borde de goma de la puerta. La madre al darse cuenta de esto último, y expresar preocupación se acercó al niño y le dijo: “¡Ya se acabó, quédate quieto al lado mío!”. Luego de unos 30 segundos, el niño empezó a inquietarse, a moverse, a molestar a su madre y luego se puso a llorar.

Al ver esto pensaba sobre cómo se encuentran dos necesidades de personas diferentes en esta situación, ambos con la intención de aliviar el sufrimiento y encontrar bienestar. El niño con su necesidad de ocio y libertad, expresado en la curiosidad, el juego y la autonomía de decidir que quiere. La madre con su necesidad de protección y afecto, de cuidar a su hijo de un posible daño con la puerta. El actuar de la madre, afecta la necesidad de su hijo de libertad y ocio, y el niño expresa esto mediante inquietud, quizás sintiendo ansiedad o rabia o impotencia.

Luego la madre, creativamente hace un cambio de estratégia. Al notar el llanto de su hijo, tras un momento, parece que comprendió la necesidad de esta emoción, y para poder satisfacerla de una forma que al mismo tiempo satisfaga su necesidad de cuidado, le ofrece al niño dos opciones y le dice: “Entiendo que te sientas enojado porque quieres jugar en los pasillos, de todas formas me da miedo que te puedas hacer daño en las manos por las puertas. Te parece que hagamos otra cosa, podemos leer un cuento juntos o dibujar en el cuaderno lo que te pasa.”

En esta frase, la madre reconoce la emoción del niño, su necesidad, plantea su propia emoción y necesidad y ofrece una alternativa que mantiene la necesidad de libertad y ocio del niño. Después de unos segundos de reflexión. El niño se seca las lágrimas y acepta leer un cuento.

Esta ejemplo, me parece muy representativo de lo que nos puede ocurrir en diferentes situaciones.

  • Por un lado, reconocer esta humanidad compartida de querer aliviar nuestro sufrimiento y querer estar bien.
  • También reconoce que diferentes emociones pueden surgir para informarnos de necesidades satisfechas o no satisfechas.
  • Muestra el conflicto que surge cuando las necesidades de personas diferentes, se encuentran *aparentemente* como contradictorias.
  • Es posible empatizar, reconocer, aceptar al (aparentemente) otro, para llegar a una solución creativa donde ambos ganen.

A continuación, hay una imagen que resume una propuesta de las diferentes necesidades humanas universales (Max-Neef et al., 2010).

Pausa un minuto.

Pueder ir explorando cuál de ellas son más prominentes para tí en este momento.

Resumen adaptado por Villalón, de Max-Neef et al., 2010, para ver lista completa ver artículo original.

Cuando logramos satisfacer alguna de estas necesidades, pueden venir emociones de alegría, calma, tranquilidad, asombro o sensaciones de agradecimiento, compasión, seguridad, vigor, entre otras.

Cuando estas no se satisfacen pueden venir emociones de agobio, ansiedad, angustia, tristeza, rabia, frustración, sorpresa o sensaciones de desánimo, retraimiento, hostilidad, alarma, disgusto, irritación.

Por ejemplo, imagine que tiene mucho apetito, tiene un plato recién preparado, su necesidad de alimento está apunto de estar satisfecha. Luego alguien se acerca y vierte jugo en su plato (quizás por accidente). Puede surgir rabia y notar tensión muscular, aumento de temperatura en la cara o manos, rubor, quizás aumento de frecuencia cardiaca. Vienen pensamientos como “¿Qué le pasa este?” o “¿Cómo es tan torpe?”. De esta forma la emoción se vuelve una señal y una narración, que también se expresa en el cuerpo o pensamientos, de necesidades que puedan surgir momento a momento. (Lazarus, R. S. 2000 y Rosenberg, M. B., 2015).

Pausa un momento y puedes ir recordando algún evento que les haya provocado una emoción y si esta tiene relación con alguna necesidad, ya sea que se haya satisfecho o no.

En diferentes momentos de crisis, como puede ser la cuarentena, podemos encontrar diferentes necesidades que se ven afectadas, como puede ser de libertad, autonomía, de creatividad, afecto, participación, ocio, protección, subsistencia incluso. Y esto puede provocar diferentes emociones.

Llevar la atención al reconocimiento, aceptación y autoconocimiento puede darnos más información y tomar decisiones más sabias de cómo cuidarnos a nosotros y a nuestro entorno (Cullen, M., y Brito 2017). Luego del primer paso de explorar y darnos cuenta, puede venir un plan para activar nuestros recursos de cuidado o mejorar nuestra comunicación expresando nuestras necesidades con una petición concreta.

Los invito durante esta semana a prestar atención en su día a día, o en su práctica de meditación, y darse cuenta de estas emociones y necesidades subyacentes.

Por Dr. Francisco J. Villalón

Bibliografía

Max-Neef, M., Elizalde, A., & Hopenhayn, M. (2010). Desarrollo a escala humana: Una opción para el futuro. Biblioteca CF+S, 56.

Lazarus, R. S. (2000). Estrés y emoción: Manejo e implicaciones en nuestra salud. Desclée de Brouwer.

Rosenberg, M. B., & Chopra, D. (2015). Nonviolent Communication: A Language of Life: Life-Changing Tools for Healthy Relationships (Edición: Third Edition, Third edition). PuddleDancer Press.

Cullen M y Brito G. (2017). Mindfulness y equilibrio emocional (R. FILELLA ESCOLÁ, Trad.; Edición: 1). Editorial Sirio.