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El canto del padrecito

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*Tercer lugar Poesía – Centro Humanidades – UDD. Publicado en revista Academia.

Entonces de tanto en tanto

Un poeta en deuda y bancarrota

Termina embetunado

Entre papelería burolitica

Y barro existenciatico.

Se pregunta entre estiércol y chatarra

Si habran versos estos días,

Que rescaten al tio Juan o a la ‘ñora Julia.

Como manchas de llanto y alegria

en la inlavable y bien danzada

                             camisa de la historia

Aquí el poeta se bifurca,

Entre glorificar o maldecir,

Entre dorar

o dejar como estropajo,

O cualquier antinomia para con su tiempo,

Pero dado el temple de ciencia

Y los pasos de gaya

caminaré entre viva descripción

De figura y fondo

de palabra y cosa

Y sobre todo

entre monte y seno.

¡Ay! ´ñora Julia, que le cuento,

La angustia se alimenta de la calle esperanza,

En la esquina con santa rosa,

Que de santa no tiene nada,

Y rosa es lo que queda,

Después de lavar con agua la balacera.

¡Ay! Que no lo puedo ver,

La martita ha quedado desahuciada

Por el pellejo que le cae

Y las botas tan añejas

Que vestía el otro día.

Santa Rosa maculada,

Más tocada que Constanza

Que Martina o que Marcela,

De solo cinco años

De solo diez o solo ocho

Y es que aquí la edad no es barrera

Ni pal Victor ni pa la fría

Muerte alborotada

Que visita tan seguido esta cañada

¿Sera tan chicata con su máscara de perfil retorcido

De plástico agujereado sobre el manto del feriante

Que se habrá perdido en estas calles?

¡Ay! La pobrecita que no entiende

Que sus años ya pasaron

Y esos vestiditos no dan más que pena

Se acerca noche de brujas y los niños se pelean,

¡La máscara es mía!, gritan,

La máscara es mía,

Hasta que el más grande de ellos

El gordo Cifuentes

Reparte sonrisas entre llantos y griterío,

Con su cuchilla

hechiza

Y la iglesia a sus espaldas que acobija,

¡Pucha que acobija!

¡Ay! Que le digan a esa pobre

Con su leve barriguita

Que se compre una faja

O que tome pura agüita

Tomasito, Tomason,

Conectado a un tubo y una pensión,

Del utero al sueño,

Un letargo finito,

fenobarbital

díganme el valor de la vida,

cuando pende de la usura.

Con usura dice,

con usura no hay hombre que viva en casa de buena piedra,

con usura no hay buen morir,

por usura vive

mientras la madre tenga pensión que cobrar.

¡Ay! Esa chiquilla

A quedado desahuciada

A los treinta tres La moda

la tiene abandonada

¿Que dirá el panadero entre hallulla y hallulla

Sobre la aburrida muerte y sus enseres de ultratumba?

Dice que no hay pan sin agua

Ni harina sin trigo,

Que no hay dulce sin salado,

Ni menos calore sin frio.

Que no habría amor si no fuera por el odio,

Ni habría cuerpos si no fuera por los cuervos,

Entonces,

Propone mientras amasa,

si olvidamos la vida,

Se nos acaba la muerte.

El niño escucha.

Y asi es como,

Le explica al niño,

Se echan a morir antes tantas gentes,

Perdiéndose

En la eternidad del olvido.

F.J Villalón L.